La perfumería de élite suele denominarse segmento de lujo, un sector especial del mercado cuyos principales representantes son las grandes marcas de moda (Chanel, Dior, Hermès, Calvin Klein, Gucci), joyería (Bvlgari, Cartier, Tiffany, Mauboussin) y cosmética (Clarins, Estée Lauder, Clinique, Shiseido), así como casas de perfumes históricas (Guerlain, Houbigant, Molinard).

Todas menos estas últimas lanzan una línea de fragancias para apoyar las ventas del producto principal. El coste de un perfume de «élite» puede variar en función de la política general de precios de la empresa: por regla general, las casas históricas de alta costura tienen un precio relativamente alto, mientras que las fragancias de marcas más democráticas (Hugo Boss, Salvatore Ferragamo, Guess, Escada) se sitúan en el límite superior de precios del segmento premium.